Fue buena experiencia solamente recordarle al personal que es una industria de la hospitalidad y servicio. A mi llegada, cansados con maletas buscando un elevador urgente, el personal de la lavandería se metió al elevador con un carrito de toallas, él primero, cuando lo correcto hubiera sido que nos dejara pasar al elevador dándole la preferencia al huésped
Por otro lado, mayor atención a la limpieza de los escusados, tuvimos que hablar por teléfono a camaristas a que lo limpiaran bien, de otro modo jamás hubiera sucedido.