Las áreas comunes del hotel como el lobby, restaurante y piscina están muy bien, hay una vista preciosa y tiene una buena ubicación. Lamentablemente, el servicio no es bueno, las personas que atienden el hotel no son amables. Si eres extranjero es indispensable llevar tu pasaporte y una hojita pequeña de migración que entregan en el aeropuerto cuando entras a Israel, de otra manera te cobran el impuesto y no hay manera de recuperarlo. Las habitaciones no son muy bonitas, no hay camas matrimoniales, sino que juntan dos camas individuales en el caso de que duerman dos personas en una habitación. Son demasiado sencillas para el precio que cobra el hotel, que es alto. Solo los primeros 4 niveles tienen vista al lago, así que hay que asegurarse de hacer la reservación en las habitaciones que tienen vista. Sí tiene el desayuno incluido y es bastante bueno.