Muy buena ubicación al lado del metro. Los recepcionistas muy amables, nos lo hicieron todo muy fácil. La habitación, cómoda. Por poner algún pero, sería al baño, que no tiene casi mampara y es imposible ducharse sin inundar el suelo. Estupendo que te guarden las maletas aunque llegues muy pronto, hasta que llegas a dormir y también me encantó la cafetera y el agua fría de la entrada. Ah! se me olvidaba el desayuno, una barra pequeñita pero con todo lo necesario para salir bien lleno. En resumen, para 3 o 4 días que me aguanta el pelo sin lavar, volvería sin dudarlo.