Es un hotel muy bonito, acogedor, creo que atendido por su propietaria. La zona es tranquila, pero un poco empinada para llegar con maletas y no es central, queda un poco alejado de la plaza, pero eso lo hace tranquilo. La habitación es amplia, dotada de ventilador y aire acondicionado. Cama y almohadas permiten un buen descanso, ducha amplia con agua caliente. Disfruté de unos buenos desayunos, plato del dia. Algo que si falta en el hotel, es el café de cortesía, no fueron capaces de brindarnos uno, y eso son detalles que enamoran. El hotel cuenta con varios niveles, es delicioso sentarse a conversar en su balcón y patio de abajo.