Llegamos y no había luz por un daño en el sector; eso es entendible. Pero el hotel no tenía planta eléctrica; y realmente no habría sido mayor problema para pasar la noche pues el clima permite descansar sin luz y hasta bañarse en la oscuridad no representa mayores retos.
Lo incómodo, fue que al parecer no esperaban recibir huéspedes esa noche (no entiendo por qué, si la reserva se había hecho con varios días de antelación) y la persona que nos “recibió” nos insistió que no había notificación para llegada de huéspedes. Mientras hacía sus averiguaciones por WhatsApp,
nos hacía esperar afuera en completa oscuridad, mojándonos y lloviendo… tampoco era su culpa, pero veníamos cansados luego de un viaje largo y la espera se nos hacía eterna y hasta peligrosa por la nula iluminación del sector. Ante la negativa para entrar, se me ocurrió llamar al teléfono de la línea hotelera y hablar con un asesor a ver si se comunicaba con la persona que estaba dentro del hotel. Luego de varios minutos y ya empapados y congelados, nos dejaron entrar muy a regañadientes.
Y Luego viene el otro proceso: cargar maletas pisos arriba y cruzar todo un laberinto (porque sin ascensor hay salir detrás del counter y atravesar el lobby y la cafetería, para luego coger unas escaleras que dan a unas puertas de emergencia tres pisos arriba) lo cual resultó agotador pues eran maletas llenas y pesadas porque seguíamos en un viaje largo.
Algo hubieran podido hacer mejor? ¡Por supuesto que si!