Lo mejor su personal, son amables e intentan informarte de todo. El hotel en sí está un poco anticuado, pero las camas que nos tocaron a nosotros eran estupendas, descansamos bien. La piscina suficiente para darse un chapuzón y descansar. El desayuno bueno y abundante. No comimos allí pues salimos a ver los alrededores y encima eran las fiestas medievales en Santa María da Feira, un atractivo más o un inconveniente, porque para entrar a la parte antigua era obligatoria una pulsera que valía entre 7 y 14 €, aunque si entras antes de las 12 de la mañana puedes aprovechar y no pagar esa entrada. Al castillo tienes que ir sí o sí, merece la pena sus 4€ de entrada. Nuestra experiencia ha sido gratificante.