El alojamiento es genial, a las afueras de Filandia, en plena naturaleza y lleno de animalitos. El rancho es muy acogedor, pero lo mejor es David, que te hace sentir como en casa. Super amable y atento en todo momento.
Igualmente, el desayuno es fabuloso, con productos de la zona donde se nota calidad de los ingredientes.
Totalmente recomendable!